A finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el viaje en tren era el camino a seguir, decenas de ciudades canadienses en la ruta del ferrocarril canadiense erigieron hoteles de lujo para acomodar a los pasajeros del tren. La grandeza histórica de estos hoteles es insuperable en Canadá, y algunos, como el Fairmont Banff Springs, son de primera clase según los estándares mundiales.
Muchos de estos hoteles han mantenido gran parte de su antiguo esplendor y todavía operan bajo el nombre de Fairmont Hotel.